Científicos de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) han aprovechado procesos de carbonización hidrotermal para transformar residuos orgánicos en un material carbonoso, estable e inocuo con características adecuadas para su uso como biocombustible. La estrategia también facilita la valorización de la fracción líquida resultante, posibilitando la recuperación de nutrientes en forma de biofertilizantes inorgánicos y la producción de un biogás rico en metano, en un marco de economía circular.